«Las parejas nos dejan y se van al pasado, pero los objetivos y proyectos que teníamos con ellas son nuestros, solo nuestros. Somos los arquitectos de nuestra vida»
Júlia Pascual
Lo cierto es que no existe una fórmula o una receta única para cada separación, pero lo más importante es que en el transcurso de este proceso, el sufrimiento se pueda manejar de la mejor manera posible. Para ello es imprescindible concederse tiempo.
Tiempo para procesar todo lo sucedido, tiempo para poder poner distancia y recomponerse del tsunami de emociones vividas. Pero en ocasiones el dolor puede ser tan grande que es importante contar con personas que nos acompañen y escuchen. Es importante contar con una red de apoyo, contar con los amigos y familia, para compensar la fuerte sensación de soledad.
En el proceso de una ruptura es importante ser conscientes de las emociones y poder expresarlas porque de lo contrario se corre el riesgo de “actuarlas” a través de comportamientos que pueden llegar a resultar autodestructivos.
No dudes en expresar tus emociones, si sientes la necesidad de llorar, hazlo
Intentar tapar el sufrimiento solo hará que este se enquiste y con el tiempo solo se conseguirá sufrir aún más. Permítete llorar, enfadarte, sentir toda la rabia, gritar, patalear, llorar…. y volver a llorar si hace falta, porque reconocer y ser comprensivo con las propias emociones es el camino para poder sanar completamente.
A veces todo se desencadena de una forma tan abrupta que es posible que uno no haya tenido la oportunidad de expresar todo lo que quería decirle a la otra persona durante la ruptura. Es normal que se queden preguntas en el aire y que constantemente lleguen pensamientos rumiativos que se instalan en bucle y no te permitan avanzar y en este caso puede ayudar escribirle una carta de despedida aunque la otra persona no la vaya a leer. Escribir los pensamientos ayuda a sacarlos de la cabeza, ponerlos a una cierta distancia y empezar a verlos de manera más objetiva y realista.
¡Importante! En estas situaciones es especialmente necesario ser realista con los recuerdos que uno guarda de la relación. La mente, en ocasiones, nos juega malas pasadas y esta es una de ellas.
Como decía la canción
“Me cuesta tanto olvidarte. Me cuesta tanto. Olvidar quince mil encantos….”
Y es normal recordar todas las maravillas del “ex”, lo insustituible que creías que era, el agujero que te ha dejado, etc… Porque resulta que esa dulce enfermedad que es el enamoramiento, nos trastorna los sentidos, nos hace ser muy, pero que muy generosos con el otro, al punto de regalarle virtudes, de decorarlo por un lado y por el otro hasta convertirlo en un ser ideal y excepcional.
Y lo que sucede es que cuando nos separamos, nos cuesta renunciar no solo a la persona real con la que hemos compartido parte de la vida, sino también a esos aspectos idealizados que hemos inventado nosotros mismos. Esos adornos que le hemos regalado, que generalmente tiene poco que ver con esa persona que hemos tenido a nuestro lado y equivocadamente restarle importancia a los malos momentos justificando hasta lo injustificable.
Acepta la situación y el cambio
Insisto, es importantísimo ser lo más fieles a la realidad en este momento y recordar todas las cosas que hicieron que la relación no funcionase. Escribirlo te dará una perspectiva más realista.
Evita culparte por el fracaso de la relación y se lo más realista con lo que pasó. Recuerda que, el verdadero fracaso es quedarse donde no toca.
Una separación siempre comporta una pérdida (pérdida de cotidianidad, de seguridad y certezas, y también de una idea de familia) y claramente esto significa duelo.
Aunque las etapas de un duelo son diferentes para cada persona, es necesario siempre un proceso para asimilar la separación, validar las emociones y aceptar lo sucedido.
Enfócate en el futuro y adquiere conocimiento
La incertidumbre sobre cómo será el futuro a partir de este momento, puede generar inseguridad y ansiedad haciendo emerger miedos respecto a como será un futuro sin pareja y poniendo en jaque la capacidad para seguir adelante.
Debes saber que, todas las separaciones causan dolor, pero no todas causan daño.
Existen las sanas y colaborativas, en las que las parejas consiguen llegar a acuerdos. Pero también, y no pocas, transcurren de manera destructiva y producen consecuencias negativas significativas.
La separación destructiva es un intento fallido y traumático de separarse y la destructividad surge de la incapacidad de hacer el duelo, de aceptar la perdida de la pareja y todas las perdidas asociadas.
Consejos definitivos para afrontar la ruptura
- Acepta la nueva situación y adáptate a la nueva realidad. Eso no significa negar ni evitar el dolor, pero negarte a creer lo que ha ocurrido no sirve de nada y solo conseguirás que el proceso se alargue.
- Permítete que te duela este duelo. Si estas triste debes sentirlo, eso te hace humano, si estás enfadado debes de saber como sacarlo para que se convierta en una fuente de energía y movimiento y no que te envenene por dentro…
- Intenta entender que no eres la única persona que ha pasado por esto. Sí otros pueden, tú también.
- “Si te gustas también gustarás”. Aprende a disfrutar de tu propia compañía, a estar bien contigo mismo.
- Evita aislarte. Esfuérzate por hacer planes y lucha contra la pereza.
- Mantente activo. La inactividad solo conseguirá que te atrapes en pensamientos negativos.
- El pasado no lo podemos cambiar pero nos sirve para aprender que es lo que queremos en una relación y que no. Mira el camino que tienes por delante e imagina como te gustaría el paisaje. Intenta ver todo lo que has aprendido y busca como mejorar para no repetir errores.
- Y, por último, súper importante, si ya ha pasado un tiempo pero te sientes estancado, triste y no pasas página, busca ayuda. Una psicóloga de nuestro centro de terapia breve estratégica puede ayudarte a reorientar la frustración y la rabia, digerir el duelo, analizar lo que ha pasado, reprocesar la emociones dolorosas y mejorar tu bienestar emocional.
Blanca Díaz, Psicóloga especialista en trauma y terapia breve estratégica de Barcelona